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Django desencadenado, ¡y tanto!


Django Unchained Tarantino

 

Yo confieso: me gusta el cine de Tarantino y adoro el western (clásico, crepuscular y spaghetti).

Así que… ¿Por qué no me ha gustado Django desencadenado a pesar de ser público muy objetivo?

Esta vez creo que se debe a que Tarantino es un director de cine (gran guionista, aunque en esta lo demuestre menos) que hace lo que le da la real gana y eso funciona a veces, y otras no. A veces el ego, le hace perderse en algunos absurdos.

La primera hora y pico de Django me tenía atado a la butaca. Es en ese rato es una película soberbia: la historia, los personajes, la situaciones, esos diálogos tarantinescos, ese humor tan macabro, cómo se conocen los personajes,… Además, posee un personaje soberbio, el doctor Schultz, maravillosamente interpretado por Christoph Waltz, que tiene muchas posibilidades de darle su segundo Oscar. Hasta ahí, sobresaliente.

Entonces aparece el personaje Leonardo Di Caprio (que está cumplidor), en otra buena secuencia, con un cameo estupendo con el Django original, Franco Nero, y comienza una larga cabalgada hacia la plantación de esta… Y la película comienza a hundirse. Las secuencias se alargan hasta lo indecible, la historia se desdibuja a capricho solo para permitir los excesos de su director y guionista (Quentin, con lo buen guionista que eres) y la película nota en seguida la falta de su personaje más trabajado, el doctor Schultz.  La exagerada caracterización de Samuel L. Jackson destroza su personaje; Jamie Foxx solo sabe hacer poses y Kerry Washington, pucheros (¿habla más de dos minutos? Si Tarantino no logra hacer hablar y hablar y hablar a un personaje…). Y por cierto, qué cameo pésimo y previsible el del final. Y se alarga sin necesidad, se alarga mucho, muchísimo.

La última hora de la película se me hizo larga y hasta aburrida. El alargado diálogo de la cena intentaba ser cómo la maravillosa secuencia de la taberna de Malditos Bastardos, pero le faltaba chispa y humor, resulta previsible. Y el intento del tiroteo en la mansión no resiste comparación con la batalla contra los 88 maníacos de Kill Bill, porque la falta coreografía, fuerza y ritmo. Para rematar, ¿no resulta una de las películas más lineales de Tarantino?

Lo que os decía, sé que a la mayoría esta peli os ha encantado, pero para mi es una decepción total.

Y Tarantino llegó a la guerra…


Érase una vez… así comienza la última película del enfant terrible del cine estadounidense, Quentin Tarantino. Y es una declaración de intenciones, Tarantino no engaña, como sí lo hace la publidad y el márketing que anuncia su film (que nos da a Brad Pitt y sus bastardos como protagonistas y… evidentemente no son más que parte de una coralidad de personajes).

Tarantino no ofrece más que entretenimientos gamberros y algo culpables, dotados de una imaginación para la mezcolanza, lo espectacular y lo sopredente poco común en el cine actual pero manteniendo siempre un aspecto formal de calidad. No encontramos mensaje ni transcendencia en sus películas, ni ahora ni antes. Lo único sobre lo que se permite reflexionar Tarantino en su habitual deconstrucción de géneros es sobre el propio cine y siempre de una manera poco ortodoxa.

Y esto es Malditos Bastardos. No es su mejor entretenimiento, de acuerdo, pero tampoco el peor. Supera con creces la simpática anécdota (pues apenas tiene argumento y salvo el villano, tampoco personajes de interés) que supone Death Proof. Y la razón, probablemente, es que las historias excesivas, alocadas de Tarantino y sus personajes psicópatas, lenguaraces y malhablados tienen su mejor colocación en el género negro (o lo que sea que haga Tarantino con dicho género).

En Malditos Bastardos tenemos lo mejor y lo peor de Tarantino en grandes dosis, tanto como va creciendo su ego como realizador con los años. A algunos les desquicia, a mí, en esta ocasión, me ha gustado.

Así que vayamos al grano, ¿qué ofrece Quentin Tarantino? Escenas inspiradísimas y diseñadas al milímetro, diálogos ingeniosos y llenos de subtexto (lo bueno) alargados hasta la exageración (lo malo), salvajadas escatológicas y gratuitas, chistes de todos los grosores, una trama rocambolesca sin ninguna credibilidad histórica, un homenaje al maremágnum de cine que le gusta a Tarantino (un plano homenaje a John Ford por acá, música de Ennio Morricone por allá, mucho aire de spaguetti-western una escena que recuerda a los Doce del Patíbulo y otros títulos bélicos, cine de espías, cine dentro del cine, un comando crítico de cine, etc) y un entretenimiento bastante inclasificable.

Su reparto tampoco está nada mal, destacando sobre todo a Christoph Watlz como el coronel Hans Landa. Después tenemos a un divertido Brad Pitt (que creo que cuanto más hace el payaso más me convenzo de que es mucho mejor actor de comedia que de películas más dramáticas) y la bellísima Melanie Laurent como la judía que prepara su venganza. Los demás navegan sin destacar demasiado fluctuando de lo anodino a la sobreactuación que puede esperarse de papeles tan locos como los de Tarantino. A destacar, como negativo, Daniel Brhül que como héroe alemán está poco convincente ( o también puede ser que le tenga un poco de manía, que me parece que este chico interpreta todos sus roles de igual manera).

Como siempre, Tarantino se dedica a hacer de trapecista sobre un fino cable que hace que cualquiera pueda calificar sus películas como una tontería infame o como una obra maestra, sin equivocarse demasiado. ¿Se puede afirmar que el argumento de Malditos Bastardos es una payasada? Sin ninguna duda. Como igualmente las historias de Pulp Fiction son poco creíbles, gamberras y disparatadas. Si vas a ver esta película esperando que Tarantino haya puesto su talento visual y narrativo al servicio de una visión clásica y resputuosa de la Segunda Guerra Mundial, luego no disparen al pianista…

Ese es el riesgo que le gusta correr y Tarantino, además de egocéntrico, es extremista con su cine. Inglourios Basterds es así, sólo que el lado bueno no llega a ser una de las mejores: se queda en un divertido entretenimiento inspirado, ingenioso, bien construido, espectacular y con algunas escenas memorables (como la granja del principio o la taberna). Para mí, ya es bastante.

Inglourious Basterds…¿Qué será?


Soy un buen aficionado a las películas de la Segunda Guerra Mundial y a las películas de Quentin Tarantino, y por eso tengo muchas ganas de ver Inglourious Basterds.

Por el tráiler, este es el segundo, parece una versión ‘a lo Tarantino’ de las películas del estilo de Doce del patíbulo, así que parece que ha sido fiel a lo que anunció hace años cuando empezó a hablar del proyecto. Desde luego, no tiene pinta de que vaya a ser una típica película sobre ese conflicto, desde luego.

¿No tenéis curiosidad por ver qué le ha salido?

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