Límites de velocidad
Os dejo un tema que escribí para 20minutos.es la semana pasada sobre si hay que revisar los límites de velocidad en nuestras carreteras:
Los expertos abogan por revisar los límites de velocidad en las carreteras españolas
La verdad es que yo no los revisaría; si acaso, los bajaría. Pero, en cualquier caso, lo que haría es poner los medios para que se cumplieran. Que da igual lo que indiquen las señales, cuando sales a carretera mucha gente va a la velocidad que le da la gana, a no ser que haya un radar cerca.
Lo que sí me sorprende es que, con la de temas importantes por los que movilizarse, haya gente que lo único que le interese es poder circular a 140 por autopista (cuando seguro que la mayoría ya lo hacen).
¡Un poco de pausa!
¿Está el mundo loco? ¿O sólo circula a velocidad terminal? ¿No tenéis la impresión de que el mundo vive, de que nosotros vivimos acelerados? Yo muchas veces, sí…
Lo noto en cosas de mi vida, pero también en asuntos más ajenos pero que nos envuelven. Dos casos como ejemplo: el primero es la crisis económica que desde el año pasado lo inunda todo. Iba a ser la peor desde el Crack de 1929 o desde la Crisis de los Tulipanes o desde la Caída del Imperio Romano (¿Qué esperáis que os enlace a la película de Anthony Mann?)… pero hoy parece que algunos gurús y algunos presidentes nos dicen que ya ha pasado lo peor, que ahora volvemos a tirar para arriba. De la caída del capitalismo hemos pasado a un resfriadillo pasajero.
Hablando de estornudos, la gripe A (o, como Prince, anteriormente conocida como porcina) es otro de esos casos. En dos o tres semanas se pasó de la peor pandemia desde la mortífera gripe española de 1918 a ser una gripe más. Pasamos de una situación de alerta general, de ¡oh dios mío donde están Morgan Freeman y Dustin Hoffman para encontrar la vacuna! a otro resfriadillo, y todo ello en tiempo récord.
Nótese que no me creo que ni la crisis se haya terminado ni que la gripe fuera tan grave al principio ni tan leve ahora y que mucha culpa de esto lo tenemos los periodistas que tenemos una tendencia a la exageración macanuda y tanta memoria como la de un pez (¿a qué es buena combinación?)… pero cómo ejemplos de lo acelerado que va la vida no me vienen mal.
¿Queréis más pruebas?… pues fijaros del esplandor a la decadencia del Imperio Romano pasaron siglos (ahora es cuando un par de amigos historiadores que tengo me darían de tortas) pero el «imperio» de EE UU es decadente desde antes de que naciera.
Vale, que las noticias y la batallitas de la Antigüedad no os valen. Pues echad un ojo a vuestra vida y me contáis que yo de la mía paso de hablar en el blog. Yo noto que a veces vamos muy acelerados en todo que queremos crecer a toda leche, queremos acabar el trabajo ya, queremos llegar al destino cagando leches en el metro… y digo yo que esto está muy bien pero que a veces un poquito de pausa no viene mal, que si no, luego nos quejamos que todo se nos pasa volando.
¡Más que nada porque cuando queremos disfrutar de los bluffs informativos como la gripe o la crisis casi se nos han pasado!
P.d. ¿Sentirían esto de que el tiempo pasa muy deprisa nuestros antepasados?
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